Laura llegó a la comisaría un día más a trabajar y vio cómo la relación entre Jacobo y Teresa era totalmente pública. Laura no podía evitar sentir celos, menos mal que tenía a Martín a su lado para ayudarla. Cuevas quería proponerle a Lidia que se fuesen a vivir juntos pero quería esperar el momento oportuno. Maribel apareció en comisaría para informar a Laura de que le había conseguido una cita para la noche. Laura se sintió molesta pero pensó que no tenía nada que perder.
Por la tarde, Laura recibió un aviso de un asesinato ocurrido en una de las Torres Kio. Laura y Martín acudieron a la cuarta planta. La víctima, una mujer de unos treinta años, había sido encontrada asfixiada en el baño. En ese momento, sólo tenían acceso a la planta cinco personas, por lo que una de ellas tenía que ser el asesino. Laura y Martín comenzaron a interrogarlas: su compañero de mesa, la señora de la limpieza, el jefe, un amigo de la víctima que estaba de visita y el subdirector.
Capítulo 2 “La Cita”
Laura tenía como principal sospechoso al amigo de la víctima, ya que era mucha casualidad que justo el día que había ido de visita fuese el día en que su amiga aparece muerta. Laura se arregló lo mejor que pudo para su cita y recibió en su casa al hombre, alto y guapo. Estuvieron cenando y charlando y se despidieron con un beso. Maribel acudió de forma inmediata para averiguar qué tal había ido la cita. Laura le dijo que bien, pero por dentro, no sabía por qué, no dejaba de pensar en Jacobo.
Al día siguiente, los cinco sospechosos fueron a comisaría mientras Lidia y Cuevas seguían analizando las fotos del lugar del crimen. Laura descartó a la señora de la limpieza y a los dos jefes, ya que estaban reunidos con ella en ese momento. El compañero de mesa les dijo que adoraba a la víctima que jamás le haría nada, al igual que el amigo. Martín sabía que uno de los dos era el asesino, pero ¿cuál? Laura decidió volver a la escena del crimen y vio en los baños algo que le hizo resolver el caso.
Capítulo 3 “La resolución del caso”
Laura los reunió a todos para decirles que el asesino era: la víctima. Se había suicidado. Laura había encontrado unas marcas encima de las cisternas con sus huellas, justo donde se había hecho el nundo para ahorcarse. Les dijo que esa cuerda no la había traído por la mañana ya que no aparecía en sus controles de seguridad, le había ayudado a traerla su amigo. Él no la había matado, pero la había ayudado a suicidarse. El amigo confesó esa verdad y fue trasladado a prisión por cómplice de asesinato.
De vuelta a la comisaría, Cuevas le pidió a Lidia que se fuesen a vivir juntos. Lidia se lo pensó pero finalmente acabó aceptando. Jacobo le preguntó a Laura por su cita, éste le dijo que había sido genial. Jacobo le dijo que se alegraba de que los dos hubiesen rehecho sus vidas. Laura veía como Jacobo se marchaba con Teresa y sentía rabia, la misma rabia que sentía Martín de no poder confesarle a Laura lo que sentía por ella. Laura recogió su bolso y se marchó a casa con sus hijos.
